Y ahora, qué?

A menudo me descubro cuestionando mi vida, siendo muy dura crítica conmigo misma. Que si en “aquél” momento hubiese hecho tal o cual cosa, quizás hoy sentiría diferente; si hubiese dicho o no “esas palabras” a tiempo, el resultado hubiese sido contrario a lo que terminó siendo; si hubiese aceptado o no tal situación tiempo ha, mi vida hoy tendría otro rumbo. Y no es que me arrepienta siempre de todo lo dicho, hecho, consentido u otorgado en esos momentos críticos. Es que en esa suerte de revisiones, me siento como cuando veo por segunda vez una película sabiendo ya quien es el asesino, el cornudo, el bueno o el malo: no existe el asombro, se acabó el misterio, ya sé el final de antemano. Pero aún así, me planteo qué hubiese sido si hubiese tomado otra determinación. Sólo que en estos casos la protagonista soy yo y no puedo grabar una o mil veces la misma escena hasta que salga bien. Sólo que en estos casos y aún arrepentida, ya no hay posibilidad de dar marcha atrás.