Disfruta del hombre equivocado, mientras llega el indicado.

Por estos días de reclusión “in-voluntaria” en casa debido a la preparación de exámenes de mis dos demonios, -quienes rendirán en los primeros días de febrero-, he recorrido y leído diferentes blogs de conocidos y no tan conocidos. Y la impresión que tengo, gente, es que a las féminas de cualquier edad éste tema del amor nos viene pegando duro y parejo. No sé si será un problema relacionado con la crisis global que también nosotras, solidarias al fin, nos globalizamos hasta las manos y nos metemos de cabeza en una crisis emocional, o qué diablos. Pero lo cierto es que habemos mas de unas cuantas que vamos por la vida cual rata por tirante, intentando hacer equilibrio por no caer; cayéndonos y demorándonos en la caída por un tiempo, pero con la esperanza de levantarnos a la brevedad; cayéndonos y volviendo a levantarnos ipso facto; ilusionándonos y desilusionándonos; abriendo puertas y cerrando heridas –parezco Celia Cruz- qué se yo¡¡
Lo que sí sé, es que la crisis económica es un tema que de un modo u otro, nos pega a todos de diversas formas, pero convengamos en que a los hombres, acostumbrados desde la Edad de Piedra a ser el sustento del hogar, les pega mas- He sabido de varones a quienes la crisis les ha llegado hasta zonas insospechadas. Y otra que caída de Bolsa e Indice Down Jones¡¡¡ cáe el índice, el meñique y otros dedos, con bolsas incluídas ¡¡¡ y andá a levantar esa caída¡¡¡ O sea, en la mayoría de los hombres, crisis económica es sinónimo de caída de “su índice y sus bolsas ”, por lo que el individuo queda doblemente desvastado. Y no hay misa que reces a San Expedito ni Vía Crucis que te hagas de rodillas a la Virgen de Fátima, que logre levantar aquél muerto. Porque el hombre está encasillado –en su cabeza pensante- en otras subidas y otras bajadas: la del dólar, que si el euro seguirá el mismo juego?, que si la hipoteca, que si el estudio de los chicos, que si la estabilidad laboral de los hijos, que si me retiro hoy sin llegar al total de los años requeridos para la jubilación cobro una mierda, que yo siempre he sido el sostén familiar y estoy harto y voy a largar todo al diablo –un día, dos a reventar dura el hartazgo, luego se vuelve a la misma rutina-, que quiero pero no puedo –dejar de preocuparse por la economía, hombre¡¡¡- y bla, bla, bla, bla.
Y qué ocurre con las mujeres frente a la crisis? Pues que se nos da por deshojar margaritas¡¡ “me quiere mucho, poquito, nada” y hacer poesías, como si de nosotras dependiesen los malos humores y las desdichas del otro porque subió el paro (laboral, eh?)¡¡¡¡ La crisis nos afecta de distinta forma que a los varones pues nosotras ya nacemos con crisis incorporada, nos viene como legado de Eva, cuando se le dio por morder la dichosa manzana y ahí ya nos jodió el pastel con esa frase tan odiosa que le escupió Dios –hombre al fin-: “parirás tus hijos con dolor”¡¡¡ Y a Adán qué? Si él también probó la puta manzana¡¡ No, a Adán le dijo de seguro y por lo bajo, “te mandaré unas crisis económicas, que no se te parará ni el resfrío”. Y si, la verdad es que creo que sufren más ellos durante las crisis, que las mujeres en los partos.
Pero más allá de la pavada, nunca salimos ilesas de ninguna crisis, siempre quedamos con huellas. Sólo que somos mujeres estupendas, regias, lindísimas de espíritu y lindísimas de todos lados – aunque no lo seamos, pero para nosotras mismas, somas las reinas del Universo ¡a no olvidarlo nunca¡¡- mujeres con ilusión, alegría, bajones premenstruales, menstruales y post, mujeres que morimos cada noche con los pulmones vacíos de tanto respirar profundo, llorar y sollozar. Pero que a la mañana siguiente resurgimos como el Ave “Félix” –como dijese Teresa, una compañera de trabajo- así hayamos pasado la noche con los ojos abiertos como el 2 de oro porque nuestra mente anduvo deambulando por el Cosmos o jugueteando con la almohada imaginando que era “él”, que dormía a nuestro lado con el índice y las bolsas en su estado natural.
En fin¡¡ Pero de momento y para “palear” la crisis, lo del título. Que también puede traducirse en: “disfruta del hombre equivocado, mientras retorna el indicado a sus índices habituales¡¡¡¡¡¡”.- Que chicos en “paro” hay muchos, aunque no sean los indicados.